Encuentro de Froggies, Charhadas y Snazaroo
¡Y la ranita conoció a las hadas alocadas y juntas pintaron miles de sonrisas!
El equipo de Froggies tuvo el placer de trabajar en un entorno tan bonito como es Fundaland en un encuentro con nuestro socio Snazaroo y nuestras amigas de Charhadas.
Al evento acudieron niños, niñas, mamis y papis para una merienda con encanto, un cuento y un viaje inesperado…!
Antes de la merienda nadie quiso saltarse el Pintacaras, ¡fue todo un éxito! leones, serpientes, hadas, mariposas… nuestras ranitas artistas consiguieron que con un poco de pintura y mucho mucho mimo los niños creyeran unas horas que eran lo que quisieran soñar. Solo se alejaron para llenar los estómagos con la merienda preciosa y riquísima que prepararon nuestros amigos de Fundaland y Charhadas.
Todos a la mesa, manos listas, platos llenos y mofletes hinchados y llenos de chocolate! Este fue el momento elegido para enseñar a los niños el cuento de “La niña que no sabía sonreír” que disfrutaron entre bocado y bocado.
Acabada la merienda dejamos que exploraran ellos mismos el universo snazaroo poniendo a su disposición pinceles, esponjas toallitas, colores, purpurina… Todo para convertirnos en lo que quisiéramos!
Tuvimos además la inestimable ayuda de unas mamis entusiasmadas con muchas ganas de mojar el pincel en los divertidos colores de Snazaroo. Pintando una sonrisa en todo trocito de piel visible de sus niños. Ellas tampoco se libraron, los niños explotaron su vena artística con sus mamas, que entre risas y miradas de miedo (cuando un pincel se acercaba demasiado a la blusa) no pudieron más que disfrutar del cuadro en que las convirtieron sus niños, con todo el amor del mundo.
Cuando todos estuvimos pintados y merendados (y que bien merendados!) comenzó el viaje que habíamos prometido. Llegamos hasta las estrellas con un grupo de astronautas novatos subidos en nuestra nave Roquet. Visitamos el planeta Blandi, el de las Risas y un montón de planetas más en los que mamas y pequeños bailaron, rieron y lo pasaron increíble.
Cansados de vuelta de un viaje fantástico nos acomodamos todos para despedirnos del gran día que habíamos pasado, después de toda una tarde de risas, acabamos con un bonito discurso de snazaroo y nuestras ranitas de Froggies y una foto para inmortalizar tanta alegría, antes de que las agujetas en los mofletes nos impidieran dar nuestra mejor sonrisa.