Mi niña interior: cuando me convierto en elfo
Muchas veces pienso en qué punto de la vida la gente deja de creer en hadas, duendes, elfos y de más personajes fantásticos; y en qué punto dejas de fijarte en los andenes 9 y 10 para atravesar una pared de ladrillos que te lleve a Hogwarts.
Siempre me ha gustado la frase creer y crear están a una letra de distancia; y así es. Todo es posible. No hay límites. Hay que dejar de buscar la magia por todas partes porque donde realmente la encuentras es dentro.
A la pregunta, ¿qué sientes cuando te conviertes en Elfo Mágico? Tendría infinitas respuestas. Pero una de ellas sin duda sería que saco a pasear a mi niña interior. Esa apasionada de los globos, las pompas de jabón, los cuentos, las cosas que brillan, los olores, la paella del yayo, los colores, las risas, los abrazos, las sábanas limpias, el chocolate con churros, volar la cometa los domingos, los masajes en los pies, bailar bajo la lluvia y un sinfín de recuerdos de mi infancia.
Hace tiempo decidí hacer una lista de todas las cosas que dejé de hacer con los años y las estoy volviendo hacer. ¿El secreto? Estar en un estado constante de paseo.
Escrito por Miriam Pastor