Mis 8 razones por las que decidí dar a luz en casa
Cuando iba a nacer Cloe (2011), lo de parir en casa me parecía una cosa de locos. Quizás hasta diría con un punto de inconsciencia. (Cuánto ha llovido desde entonces!!)
Sin embargo, 4 años después, la elección de dar a luz en casa me parece una de las decisiones más conscientes que una familia puede tomar.
Cuando una mujer decide dar a luz en su casa, se enfrenta a sus miedos, a los de la sociedad, a su familia la mayoría de las veces, a los médicos y a opiniones de un montón de “opinólogos” a quienes, además, nadie les suele preguntar.
Sin embargo, y pese a todo esto, cuando decidimos apostar por ello, lo hacemos de manera MUY consciente, informada y conocedora de los beneficios que ello conlleva. También de los riesgos, pero preferimos confiar en nuestro cuerpo y no priorizar en ellos. Si además sumamos la inversión, que también cuesta, tendría muy en cuenta que quien da a luz en su casa lo hace conociendo el proceso de parto y confiando en profesionales muy formados en partos a domicilio, donde lo que importa es respetar a la mamá y al bebé, tener recursos para acompañarles y permitir que sean ellos, y sus cuerpos, quienes decidan, elijan y sientan. Todo en un entorno conocido, de una manera íntima, respetuosa y profesional.
En ningún momento pretendo que la gente dé a luz en su casa si no está preparada. Sin embargo, en mi caso, lo tenía muy claro.
¿Y por qué he dado a luz en casa?
Aquí van mis 8 razones:
1. Porque quería que Cloe (mi hija mayor, de 4 años y medio) estuviera presente. No sabía si ella querría o no estar en el momento del nacimiento. Lo que tenía muy claro es que quería que ella fuera parte de este viaje. Que no desapareciéramos unos días y volviéramos del hospital con un bebé en brazos. Así que haber vivido con Cloe el embarazo, el parto y el postparto ha sido un regalo. Las primeras horas, los primeros días y sin duda, la maravillosa experiencia. Además, como quiso estar en el expulsivo, estoy segura de que esto le aportará herramientas si en algún momento tiene hijos.
2. Porque quería tener un parto no medicalizado. Con el nacimiento de Cloe tuve una experiencia negativa con la epidural. Me dio efectos secundarios y estuve vomitando y sintiendo la mitad de mi cuerpo. Aunque no me puedo quejar del parto para nada, siempre pensé que para el próximo no quería ni epidural ni oxitocina sintética. Era algo importante para mí.
3. Porque quería sentir el nacimiento de mi hijo. Sentir todo el proceso y disfrutar de ello. Y tras haberlo vivido, me siento una afortunada.
4. Por vivir otra manera de dar a luz. Sin gritos y con recursos para poder nacer en calma. Y el haberlo experimentado ha sido, sin lugar a dudas, una maravillosa aventura. Atrás quedaron para mí los nacimientos que las películas nos muestran, los gritos al dar a luz y la falta de conexión con nuestros cuerpos. He podido experimentar la conexión conmigo misma y la escucha de mi cuerpo.
5. Por comodidad. No trasladarme a ningún lugar, no pensar en la logística del hospital, y estar en mi casa, con mis cosas y nuestro entorno han facilitado la organización.
6. Por respeto a nuestros ritmos y nuestras necesidades. Escuchar a mi cuerpo, sin protocolos y sin cambios de turno era también otro de mis deseos. Que el nacimiento de Kian sucediera a nuestro ritmo sabía que era lo mejor para todos. Qué afortunada me siento, además de valiente 😉
7. Por la compañía que suponía para mí dar a luz con Laura, matrona y amiga del alma. Además, que ella haya trabajado durante años asistiendo partos en Inglaterra a domicilio me daba mucha confianza. Y si sumamos que lleva un año instalada en Madrid, fue otro de los múltiples regalos de este nacimiento.
8. Por poder conocerme un poco más. A mí, a mi cuerpo y a mis límites. También a mi familia. Estar en compañía y acompañada ha sido lo más bonito. Un nacimiento íntimo y animal a partes iguales. Pude ver la placenta, saber cómo estaba dentro de mí, descansar con Kian unido a ella durante rato, dormir antes de ninguna prueba, abrazarnos y fusionarnos, sin limpiar durante horas. He conocido más mi cuerpo, mis límites y lo que supone dar a luz.
Sé que habrá mucho más y sé también que me tocará disfrutar reviviendo esto cada año. Puedo afirmar que he vivido una de las mejores experiencias que podía haber sentido. Soy una afortunada y, como me transmitió mi amiga Laura, fui una diosa durante todo el proceso de parto. Qué lindas palabras. Gracias amiga 😉
Si quieres compartir conmigo tu experiencia, estaré encantada de leerla en comentarios 😉
4 Comentarios
Qué bonito Cristina. Mi parto fue en hospital (llegue justo para el expulsivo) pero sin epidural ni oxitocina y, salvando las distancias con tu parto (me encuentro muy lejos de atreverme con un parto en casa), fue una experiencia única en la que pude sentir todo el proceso y ser consciente de la situación.
Paula, cómo me alegro! Poder sentir el nacimiento de nuestro hijo es un regalo sin duda. Me alegro mucho de haber podido disfrutar. Algo hay entre tú y yo. Un besote guapa!
Grandes razones, ojalá fuese todo más fácil a la hora de hacerlo, y muchas de nosotras más valientes a la hora de alzar la voz y decir lo que queremos sin importar lo que piensen.