Salubilidad: Accidentes y prevención. Teresa Escudero
Los accidentes son la causa más frecuente de consulta en los Servicios de Urgencias durante la infancia y la adolescencia.
Es aconsejable, ya desde antes de nacer el niño/a, darse cuenta de que será necesario modificar nuestro hogar para hacerlo seguro para él/ella, pues durante los dos primeros años de vida es el hogar el escenario de la mayor parte de los accidentes. Cuando crezca, éstos serán más frecuentes fuera de casa: en la calle, en el colegio o en el campo de deportes.
Quemaduras
Cuando bañemos al niño, la temperatura adecuada es la que no nos quema cuando metemos el dorso de la mano en el agua. Sería bueno acostumbrarse a llenar la bañera mezclando el agua caliente con la fría hasta conseguir un chorro templado,¡¡ a los niños les encanta meter la mano en el chorro!!! Una vez en la bañera, el niño no se debe quedar solo NUNCA. Los niños se ahogan con mucha rapidez, a veces en muy poca agua.
Las estufas, radiadores y fuentes de calor en general, lo ideal es que estén protegidos, de manera que el niño no pueda tocarlos. Nunca debe permitirse a un niño que se acerque a una chimenea encendida sin la supervisión de un adulto.
En la cocina: Es aconsejable acostumbrarnos a usar siempre los fuegos más próximos a la pared, y no dejar que los mangos de las sartenes y demás utensilios de cocina sobresalgan de la hornilla o de la encimera. En un descuido el niño tira del mango, y se quema con el aceite hirviendo o la sopa. Todo objeto cortante o de cristal debería estar fuera del alcance (y a ser posible, de la vista) del niño/a.
Si nos preparamos un café o té, es mejor que lo tomemos en la cocina y no “lo paseemos” demasiado, ¡¡no es infrecuente que tropecemos con un peque cuando llevamos cosas en las manos!!
Por el mismo motivo no es aconsejable poner manteles en la mesa. A los niños les encanta tirar de ellos y se pueden derramar comida o líquidos calientes encima, ojo también cuando estamos comiendo sopa o algo caliente y tenemos al niño en brazos.
La comida del niño no debe calentarse nunca en el “microondas” porque el calentamiento que produce es irregular, y puede tener zonas mucho más calientes que otras, quemándole la boca o la lengua.
Hay que tener mucha precaución con la plancha, pues las quemaduras con este electrodoméstico son muy frecuentes.
Si dejamos el coche al sol, es bueno tener la prevención de cubrir el portabebé con una tela para que cuando coloque en él al niño no se queme, especial atención merecen las partes metálicas.
Si paseamos bajo un sol intenso la cabeza del niño debe ir cubierta para evitar insolaciones. Si el peque tiene más de 6 meses, hay que de aplicar un buen protector solar sobre las zonas descubiertas de su piel. Durante el verano, si se está bañando, no se olvide de aplicarle el protector solar más o menos cada hora, pues con el agua se elimina de la piel. El protector solar debe aplicarse después de los 6 meses, antes, es preferible la protección física (sombrero, mangas largas, sábanas que cubran al niño del sol).
Heridas producidas por objetos cortantes
Todo objeto cortante (cuchillas de afeitar, tijeras, todos los cuchillos, tenedores y utensilios de cocina cortantes) y todas las herramientas de bricolaje, deben estar en cajones bien cerrados y con pestillo. Sólo permitiremos al niño usar este tipo de objetos cuando estemos con él y bajo una supervisión constante.
El mueble donde esté la basura y todos los armarios con vajilla u objetos de cristal deben tener cierre de seguridad. Cuando se cargue y descargue el lavavajillas es importante evitar los objetos cortantes, a los niños les puede gustar mucho descargar el lavavajillas, asegurémonos que les damos objetos que pueden llevar sin peligro. Si nos agobiamos, es mejor evitar que el niño esté cuando carguemos y descarguemos el electrodoméstico.
Quemaduras eléctricas y electrocución
Lo ideal es colocar el ordenador, la televisión, el equipo de música y demás electrodomésticos bien adosados a la pared, de manera que su el niño no pueda tocar la zona trasera de estos aparatos, donde suelen estar las conexiones. Acostumbrarnos a apagar y desenchufar todos los electrodomésticos que no estemos utilizando es una medida tanto de seguridad como ecológica. Es aconsejable usar tapa-enchufes para todos los enchufes y no dejar cables al alcance de los niños. Merecen vigilancia especial las luces de Navidad, es fundamental que la instalación esté bien hecha y los cables bien aislados. Todos los hogares deberían tener un sistema eléctrico de seguridad (diferencial ) que desconecte la instalación en caso de descarga eléctrica o de corto-circuito.
Asfixia y atragantamiento
Nunca se debe acostar a un niño pequeño en una superficie blanda tipo cojín o almohada, y mucho menos boca abajo (sobre todo en los 6 primeros meses de vida), pues aumenta el riesgo de muerte súbita. No es aconsejable tampoco acostarlo sobre una superficie envuelta en plástico pues si apoyara su boca sobre él podría ahogarse.
No deje ninguna bolsa de plástico al alcance de su hijo, una bolsa de plástico sin agujeros, si se introduce en la boca, o se pone en la cabeza, puede provocar asfixia. Por el mismo motivo no debe jugar con globos sin la supervisión de un adulto. Es una buena costumbre hacerle varios nudos, o agujeros, a las bolsas de plástico antes de tirarlas, pues así el niño no se las puede meter por la cabeza, y si lo hace, podrá respirar.
Es importante recoger juguetes pequeños ni otros objetos de pequeño tamaño que el niño pueda llevarse a la boca y atragantarse, por ejemplo monedas. Hay que asegurarnos de que los juguetes al alcance de los niños sean adecuados a su edad y no tengan piezas rotas y estén constituidos por piezas grandes.
Cuidado con la comida, es aconsejable vigilar mientras el niño come, advirtiéndole cuando se llena excesivamente la boca. No debe comer acostado, y es bueno explicarle que no debe correr, ni reírse con la boca llena pues puede atragantarse.
Absolutamente prohibido darle a niños menores de 5 ó 6 años frutos secos enteros, pues si se atraganta con ellos puede o bien asfixiarse, o bien producírsele una lesión pulmonar por el aceite que destilan estos productos. En cualquier caso precisaría tratamiento urgente. Si quiere dar frutos secos a su hijo, tendrán que ser triturados, y preferiblemente mezclados con otros alimentos (yogur, puré). Si tiene frutos secos en su casa, vigile que no estén al alcance de su hijo.
Son potencialmente peligrosos también los alimentos que, como los chicles, las salchichas o los caramelos, tienen la forma y el tamaño de la vía aérea del niño y pueden producir asfixia en caso de atragantamiento. Las salchichas o las zanahorias siempre tienen que cortarse en pedazos pequeños.
Hay que estar especialmente atento con las pilas de “botón”, porque se pueden asfixiar con ellas o tragárselas, y en este caso podrían producir quemaduras o intoxicaciones.
Ahogamiento
Como dijimos anteriormente, no se puede dejar al niño nunca solo en la bañera porque se podría ahogar con facilidad, basta con que pierda el equilibrio y sumerja su cabeza en el agua. Si tenemos que salir del cuarto de baño para hacer otra cosa no dejamos a un niño al cuidado de otro niño pues es peligroso. Es mucho mejor sacarlo de la bañera, cogerlo en brazos envuelto en una toalla y entonces hacer lo que necesite.
Tampoco se debe dejar al niño a solas mientras la bañera o cualquier recipiente (cubo, barreño, etc…) se está llenando de agua.
Si tiene una piscina de plástico en su terraza, es aconsejable vaciarla siempre después del baño, si se deja llena y sin vigilancia algún niño se puede ahogar. Nunca se debe dejar que los niños se bañen en una piscina sin su supervisión ni aunque tengan manguitos o flotador. El uso de estos utensilios puede producir una sensación de falsa seguridad, pues se pueden desinflar, romper o salírsele al niño. La máxima seguridad la da la vigilancia de su hijo por un adulto responsable durante el tiempo en que los niños se estén bañando.
Todas las piscinas públicas y privadas deberían tener una valla alta rodeándolas totalmente, con una cerradura de seguridad que impida el acceso a todos los niños cuando no haya un adulto vigilando. Procure que no haya objetos cercanos que puedan ayudar a saltar la valla.
Envenenamientos (medicamentos, productos de limpieza etc…)
No debemos decir nunca a un niño que un medicamento es un caramelo, podemos incitarle a cogerlo y tomárselo por su cuenta. No administrar nunca medicamentos a oscuras, pues es fácil confundirse de medicina o de dosis. Los medicamentos se guardarán siempre en alto y en un armario cerrado con cerradura de seguridad. Nunca se deben llevar medicamentos en el bolso ni dejarse en los cajones. Todo medicamento tomado a dosis distinta a la recomendada puede actuar como tóxico y dañar a diferentes órganos o sistemas del cuerpo. De cara a los niños no hay medicamentos inocuos, TODOS deben estar bien guardados.
Si tienes familiares o invitados en la casa, explícales esto, pues ellos pueden producir un daño importante sin querer.
Si tienes plantas decorativas, averigua si tienen partes venenosas y si es así deshazte de ellas, porque tu hijo en una distracción puede chupar o morder alguna.
Si tienes invitados y toman bebidas alcohólicas, retira los vasos rápidamente pues los niños se pueden beber los restos. Las bebidas alcohólicas deben guardarse siempre en armarios con llave, en lugares inaccesibles para los niños.
Mucho cuidado con los productos de limpieza, guardar siempre en sus envases originales, a ser posible con tapón de seguridad, no los pongas nunca en botellas de agua o de otras bebidas pues tanto niños como adultos se pueden confundir y envenenarse. Aunque muchos productos de limpieza se vendan en envases con tapón de seguridad, no hay que fiarse, los niños con un poco de tiempo puede conseguir abrirlos. Por ello estos productos, incluidos los detergentes de lavadoras y lavavajillas, así como los de jardinería o los de cosmética, deben estar en armarios con cerradura de seguridad. Acuérdese de no poner nunca insecticidas o raticidas en lugares que estén al alcance de su hijo.
Caídas y golpes
Los niños empiezan a darse la vuelta desde muy pequeños, unos antes que otros, así que desde el mes de vida no deben deje nunca solo en el cambiador, ni en una cama ni sobre ninguna superficie sobre la que puedan rodar y caerse.
Si usa cuna, póngale protectores y fíjese que la cabeza del niño en ningún caso quepa entre los barrotes. Procure no abrigarlo mucho por la noche y que la ropa de cama pese poco de manera que el niño se pueda mover libremente en la cuna o cama. Si el niño duerme con ustedes, las normas mínimas de seguridad son: Los adultos con los que duerma el niño no deben haber tomado bebidas alcohólicas ni ningún relajante. La cama debe estar en el suelo o pegada a la pared, asegúrese de que no hay huecos por los que el niño pueda colarse. NUNCA debe quedarse dormido con el niño en un sofá.
Si su casa tiene escaleras, en cuanto el niño empiece a gatear debe ponerle puerta de seguridad que impida el acceso (las hay desmontables). También debe instalar rejas en las ventanas, que se puedan abrir por un adulto en caso de incendio, y aumentar la altura de la baranda de balcones y terrazas. Los niños no tienen ninguna conciencia de peligro y pueden precipitarse desde arriba. No deje nunca macetas ni muebles junto a la baranda del balcón ni junto a las ventanas pues se puede subir a ellos para asomarse y caerse. Nunca deje a su hijo en una habitación con la ventana abierta si ésta no tiene rejas, los niños son muy curiosos y es muy peligroso, incluso aunque su hijo hasta el momento no haya sido travieso.
Los andadores dan a los niños una velocidad para la que no están preparados. Mucho mejor que usar un andador, es que, cuando usted vea que se pone solo de pie agarrándose a los barrotes de la cuna o apoyado en una silla, le dé sus manos y lo ayude a andar, primero con las dos manos, luego con una sola y luego lo deje andar suelto.
Puede ser útil poner cantoneras acolchadas en las esquinas agudas de las mesas y de otros muebles para que no se golpee (o que el golpe sea menos fuerte), cuidado con los objetos de cristal, porcelana, cerámica, etc…, póngalos en alto… O aún mejor, escóndalos hasta que el niño crezca.
Si tiene en casa algún animal (mascota), no lo deje nunca a solas con su hijo por muy domesticado que esté, incluso sin querer le podría hacer daño. Es ideal que los niños tengan mascotas, que los acaricien, que convivan con ellos (es la mejor manera de disminuir las alergias), pero siempre con cuidado y el acompañamiento de un adulto.
No deje cables, cuerdas ni cintas al alcance de su hijo, los niños pueden ahorcarse con relativa facilidad, por el mismo motivo nunca debe ponerle cadenas ni cintas al cuello y tampoco cintas o bandas en la cabeza a las niñas pequeñas.
No lo pierda de vista cuando esté en la “trona” o en el cochecito, sobre todo a partir de los 7 meses, cuando ya tiene más fuerza y puede soltarse o caerse, en esta fase el niño debe estar siempre vigilado.
Una vez eliminados los peligros y sin dejar de observarlo por si acaso, permítale que explore, para ir poco a poco dándole autonomía pero sin sacrificar nunca la seguridad.