Salubilidad: Patricia Valiente
Joven, entusiasta y soñadora de Zaragoza, así es Patricia Valiente. Los que la conocemos sabemos que se dedica en cuerpo y alma a su pasión la psicología. Trabaja como psicóloga en consulta privada desde hace más de 4 cuatro años, colabora en distintas entidades con temas de salud y prevención en la infancia y da cursos de formación. Además, tenemos la suerte de tenerla en nuestro equipo coordinando y guiando los grupos de Tiny Froggies en Zaragoza.
¿Con qué te quedas de tu profesión? Con los aprendizajes, tanto de los demás como los míos propios.
¿Algo que te gustaría cambiar?
Las desigualdades e injusticias en general! Pero si te refieres a mi trabajo, me gustaría influir en la forma que tienen las personas de percibir la salud mental en general y la etapa de la infancia en particular. Me gustaría que las personas tomasen conciencia de la importancia de hacer un trabajo personal antes de tener hijos, como pieza clave para la preservación de la salud mental en la futura generación. Una idea que hoy por hoy no goza de mucha aceptación (incluso por fervientes defensores de la crianza respetuosa), vemos que es el factor clave para un cambio profundo en la sociedad: trabaja tus heridas, y no herirás a los demás (hijos, sociedad, otros seres vivos, naturaleza, etc.)
Llevas a cabo las actividades de Tiny Froggies en Zaragoza, ¿qué fue lo que te impulsó a ello?
El proyecto Tiny Froggies me pareció fantástico. Ofrece un espacio de aprendizaje y comunicación entre niños y mayores, niños con niños y mamás y papás con otros papás y mamás. Es un espacio donde crear tribu desde el acompañamiento respetuoso al desarrollo de las capacidades y la creatividad de los más pequeños. Es una parte preciosa de mi trabajo.
¿Consideras que la infancia es una etapa clave en el desarrollo?
Sí. Ya desde la gestación comienzan a formarse las distintas estructuras psico-físicas que servirán de base para la formación y consolidación de la personalidad. El ambiente en el que el niño se desarrolla cumple un papel esencial. Con un trato respetuoso, afectivo y seguro conseguimos crear en los niños unos sanos cimientos que le permitan atravesar las distintas etapas madurativas hasta la edad adulta de forma natural. Cuando el entorno no proporciona seguridad ni afecto, los niños crecen con miedos e inseguridades que no le permiten desarrollarse y crecer psicológicamente, lo que provoca sufrimiento en la infancia y a lo largo de toda la vida siempre que no se le ponga remedio. Las experiencias emocionales correctoras serían todas aquellas que proporcionen un buen trato y toma de conciencia de los procesos internos, de la propia forma de funcionar en base a nuestras experiencias presentes y pasadas. Desde ahí podemos cambiar e influir en nuestro entorno de forma positiva.
¿Cómo te ves dentro de 20 años?
Me veo mucho más sabia, con familia propia, estabilidad y felicidad.
Gracias Patricia 😉