Por qué permito a mis hijos expresar sus emociones

Llevo tiempo leyendo, sobre todo con la vuelta al cole, cómo algunas personas defienden que lo mejor es despedirte sin que los niños se enteren. Así les evitamos un disgusto.

Y sí, cierto es que les evitamos un disgusto en ese momento. No se enteran y quizás no lloren cuando descubran que no estás.

Sin embargo, no comparto para nada esta manera de actuar porque creo que no sabemos qué consecuencias tiene que nos vayamos sin despedirnos. Podrían desconfiar de cualquier despedida. Podrían desconfiar de ti, a la larga. O podrían verse afectados de alguna otra manera.

Esta claro que quizás somos nosotros quienes no podemos, no sabemos o no queremos sentir lo que sintamos. Y por eso actuamos así, sin despedirnos, entre otras cosas.

Con esto quiero decir, una vez más, que cada uno eduque y críe como pueda y quiera, sin olvidarnos de poner conciencia.

También quiero decir que el llanto es necesario y que los niños lloran porque lo necesitan. Otro gallo cantaría si nosotros también lloráramos cuando lo necesitáramos. Una buena limpieza, y a otra cosa mariposa.

Los niños lloran. Los niños gritan. Los niños tiran cosas. Los niños empujan, pegan, muerden… Los niños ríen a carcajadas. Los niños no son rencorosos. Los niños son y están en tantas cosas…

Por qu permito a mis hijos expresar sus emociones

Porque los niños son eso, niños. Y algunos hacen las cosas que acabo de mencionar y, otros, no todas.

Lo que está claro es que los niños expresan sus emociones a su manera. Y nosotros somos su ejemplo para ir modelando cómo las expresan y dónde. Porque en nosotros está la responsabilidad de saber acompañarles y respetar sus emociones, tanto las tachadas socialmente como negativas, como las positivas.

Si permitimos que las expresen, les acompañamos y les vamos mostrando cómo hacerlo, poco a poco, y cada uno a su ritmo, irán modelando su comportamiento, teniendo en cuenta al otro y a sí mismos. Porque ellos son los primeros que sufren con algunas expresiones emocionales más descontroladas.

Te invito a reflexionar, con cada expresión emocional de un niño, qué le puede pasar y qué malestar puede tener .

Aquí te cuento por qué procuro permitir a mis hijos expresar sus emociones.

1. Porque es una necesidad fisiológica. Las emociones son necesarias, además de que son básicas para aprender.

2. Porque es una manera de trabajar la Inteligencia Emocional. El hecho de que se vayan conociendo y tengan el espacio para expresar sus emociones les ayudan a ponerles nombre, voz y expresión. Conectan consigo mismos y se van conociendo poco a poco.

3. Porque cuando mis hijos lloran o gritan, me piden a gritos o a lágrimas que me observe a mi misma y les observe a ellos. Esto me lleva a procurar ofrecer la mejor versión de mí misma, aunque nunca llegue a la perfección con la que muchas veces sueño.

4. Porque creo firmemente en que reconociéndonos, el mundo será un lugar mejor.

5. Porque para mí el respeto es uno de los pilares básicos de una mejor sociedad. Y si les negara sus emociones, estaría faltándoles al respeto. Dejaría de respetarles al negar cómo son.

6. Porque mi máxima a la hora de ofrecer herramientas a mis hijos es que sean seguros de sí mismos. Y para ser seguros de sí mismos tienen que conocerse. Cortar o frenar sus emociones les generaría confusión, y no iría encaminada hacia mi objetivo principal. Creo de verdad que el autonocimiento lleva a la felicidad.

7. Porque quiero que a mí también me dejen expresar las mías. Si yo les corto las alas a su expresión emocional, probablemente en mi familia nos neguemos muchas emociones, perdiendo la autenticidad y la verdad como seres humanos que somos.

Aunque creo firmemente en la necesidad de expresar las emociones, también creo firmemente en la necesidad de respetarnos unos a otros. Nuestra libertad termina donde comienza la del otro. Y ahí entraría cómo abordamos determinadas situaciones (qué difícil, ¿verdad?)

Quiero aclarar que no quiero decir que si mi hijo llora, le deje llorar sin atenderle. De hecho estoy muy en contra de esta línea que no atiende a los niños. Lo primero que intento hacer es atender su necesidad, que puede ser de expresar su emoción o de ser acompañado por algo.

Y cuando necesita expresar algo, sea fácil o difícil para mí, ahí procuro estar para acompañarle en su emoción. (De cuando no soy capaz y no cumplo con mi ideal de acompañamiento, también hablaré en otra ocasión).

Y tú, ¿permites a tus hijos expresar sus emociones?