10 trucos para comunicarte con la infancia con respeto

Si observamos cómo nos comunicamos entre adultos, podemos concluir que nuestra manera de hacerlo parte de la violencia en la mayoría de las veces.

Opinamos sin consultar, damos soluciones sin que nos las pidan, usamos el imperativo a menudo, menospreciamos las emociones de los demás, comentamos acerca de las nuestras sin a veces preguntárnoslo, y sobre todo, dejamos de escuchar al otro para escucharnos a nosotros mismos.

Estos serían sólo unos ejemplos de cómo, sin darnos ni cuenta, vivimos con automatismos integrados en nuestro día a día que no son para nada respetuosos.

Pero, me pregunto ¿qué es el respeto?

El respeto es escuchar al otro, y antes de dar nuestra opinión, preguntarle si la quiere. Y desde ahí, opinar. Y si no, escuchar y acompañar a esa otra persona, sin ofrecerle más que nuestra escucha, no nuestro juicio, ni nuestra opinión, ni la respuesta, ni siquiera nuestra experiencia. Porque muchas veces sólo necesitamos desahogarnos y nada más.

Si entre adultos nos cuesta comunicarnos con respeto, con los niños es aún mayor la violencia que empleamos.

Los adultos hemos crecido en un mundo donde a los niños se les trata como a un ser inferior, que debe obedecer a los que son “mayores”.

Si queremos cambiar las cosas, y si los 7 primeros años de vida pueden determinar la vida adulta, debemos empezar a comunicarnos con los niños de igual a igual, sabiendo que somos ejemplo y somos imagen para ellos. Reconociendo que en base a cómo actuamos, ellos aprenden.

Porque exigirles comportamientos modelo cuando nuestro ejemplo es otro, no es justo ni sensato para ellos. Porque no saben hacerlo. Porque no lo ven.

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10 trucos para comunicarnos con la infancia

10 trucos para comunicarnos con los niños desde el respeto

Así que hoy voy a hablaros de 10 trucos para comunicarnos con los más pequeños, siempre desde el respeto.

Porque desde que nació Froggies he ido aprendiendo sobre psicología infantil, reconociendo al niño e integrando nuevas técnicas (para mí) de comunicación que me han abierto un nuevo mundo.

10 pequeños tips (a veces complicados) y muy efectivos que me ayudan, no sólo a comprender mejor a mis hijos y al resto de niños que acompaño, sino a ofrecer la mejor versión de mí misma. Espero que te sirva:

1. Hablar a su altura

Agacharse a la altura del niño demuestra interés, compañía y igualdad. Opino que tenemos tanto que aprender de los niños que cuando nos ponemos de igual a igual, hay una energía mágica que hace que fluya algo bonito.

Mirarles a los ojos a su altura es mucho mejor. ¿Cómo te sentirías tú si un gigante de 3 ó 4 metros te hablara hacia abajo y te vieras obligado a girar tu cuello hacia arriba para verle?

2. Acompañar

Es importante reflexionar acerca del papel que tenemos respecto a nuestros hijos. Siempre se ha hablado del cuidado como parte importante. Y sin duda lo es.

Somos responsables de su salud y somos también responsables de parte de su comportamiento. Y como soy de las que opina que el lenguaje tiene una carga importante y las palabras hay que usarlas con criterio, a mí me gusta mucho más pensar en la palabra acompañar como parte de mi papel.

Creo que el cuidado va implícito en el acompañamiento, así como la capacidad de ofrecer libertad, mantener sus ritmos y permitirles a los niños ser la persona que son. Sin cortarles las alas con nuestros miedos.

3. Respetar sus emociones y sus necesidades

Por muy insignificantes que nos puedan parecer desde nuestra mirada adulta. Un pequeño rasguño para nosotros puede ser para ellos el mayor de los miedos; un cambio de planes puede desestructurar su tarde (y si no les respetamos, lo más probable es que nos desestructure la nuestra también).

Sus gritos, enfados, llantos… suelen ser maneras de expresar aquello que les incomoda. Qué mejor que poder tener recursos para acompañarles. (Nadie dijo que fuera fácil ;P)

4. Escucha Activa, Comunicación No Violenta, Disciplina positiva

Son sólo algunos de los recursos que nos ayudan a la hora de acompañar a los niños sin recurrir a automatismos adquiridos. Se trata de maneras de comunicarnos donde ponemos foco en conectar con cómo estamos y en qué necesitamos. Y desde ahí buscamos un consenso entre todas las partes. Así muy resumido. Prometo pronto post de cada uno de ellos. Mientras tanto os dejo unos enlaces (clica en el título).

5. Frases hechas

Siempre hablo de la importancia de ser consciente a la hora de trabajar con niños. Juzgarnos no es para nada saludable, sin embargo darnos cuenta es lo que nos hace mejorar.

Hay varias frases o expresiones hechas que tienen una carga negativa que no me gusta dejar de mencionar. “No pasa nada”, “Muy bien” o decir que todo lo que no queremos que cojan es “caca, llevan implícito un aprendizaje a tener en cuenta.

6. Premios y castigos

Los premios y los castigos son sólo herramientas que logran a corto plazo nuestro objetivo pero… ¿Cuál es el aprendizaje del niño a largo plazo?

Soy de las que opina que premiando, los niños hacen algo sólo por el premio, no por el aprendizaje que lleva el hecho de hacerlo (comer algo, lavarse los dientes, saludar a alguna persona…), y castigar es efectivo al momento y por la duración del castigo, pero el aprendizaje se basa en el miedo y no tanto en aprender. ¿Queremos de verdad educar en el miedo?

7. No Etiquetar

Somos parte de una sociedad donde las etiquetas están a la orden del día. Sin embargo siento el deber de dejar de etiquetar por el daño que puede hacer en los niños. Como “truco” te invitaría a utilizar mucho más el verbo estar que el ser, a ver qué tal se te da.

8. Anticiparnos a sus emociones

Éste es otro de los recursos que suele tener un resultado exitoso. Empeñarnos en seguir adelante con nuestros planes de comer, cenar o visitar a amigos o familia, aun a sabiendas de que nuestros hijos necesitan otra cosa, sólo nos va a llevar a un lugar oscuro que muchas veces podemos evitar.

Otro de los temas que a mí me tocan sobremanera es la siesta o, mejor dicho, la eliminación de la siesta temprana. ¿Por qué nos empeñamos en que los niños dejen de echar siesta tan pronto? Si es lo que les hace recargar pilas y tener un aprendizaje del mundo con ganas y sin cansancio.

Pienso que como padres y madres, a veces simplemente generando ese clima de descanso, la tarde agradecerá esa siesta. El porteo es un gran aliado.

9. Escuchamos sus necesidades

Eso sí, sin olvidarnos de que las nuestras también importan. Encontrar el equilibrio entre nuestras necesidades y las de nuestra familia es el quid de la mater-paternidad.

10. Gafas de ver con ojos de niño

El último consejo, que no puedo nunca olvidar, es recordar que los niños tienen una capacidad innata de dejarnos sorprender. Mirarles, escucharles y de vez en cuando, entrar en su juego es uno de los regalos más preciados que nos pueden hacer.

Porque nosotros también somos ese niño pequeño y, si llevamos a cabo el simbólico gesto de ponernos también unas gafas de niño cuando estamos con ellos, evitaremos muchos disgustos y también sustos.

¡A disfrutar de este bonito camino! Déjame un comentario aquí debajo con los trucos que usas para comunicarnos con los niños desde el respeto, que estaré encantada de leerte y contestarte.