Una tarde de frío en casa
El invierno, como os conté la semana pasada, y también hace 10 años, me gusta. Me gusta volver a mi cueva, poder hacer actividades en casa y sentir lo que supone la introspección de mí misma.
Por lo tanto, buscar actividades para hacer en casa me supone un reto además de una aventura maravillosa.
El desarrollo de Cloe me ha permitido ir cambiando juegos y propuestas según ella crecía. Sin embargo, ahora aún es más rico poder crear con ella las actividades.
Las tardes de frío nos aportan montón de posibilidades. Nos encanta darnos baños juntas, con música tranquila y muchas muchas velas. Compartimos, jugamos y nos mimamos. También nos gusta hacernos masajes relajantes, también a oscuras y muchas velas. Todo esto suele ser el broche de una tarde de juegos y diversión.
Podemos maquillarnos el cuerpo entero. Ya sabéis que las pinturas de Snazaroo son nuestras grandes aliadas. Podemos crear circuitos en casa, jugar a los trenes, contarnos cuentos sin parar, representarlos, aprenderlos de memoria (es una digna cuentacuentos), pintar, cocinar, hacer manualidades o bailar y disfrazarnos con tutú y todo.
Una tarde de frío para nosotras es una oportunidad única de conectar y disfrutar la una de la otra. Si además está papá entre nosotras, los juegos se multiplican por 3. Es un auténtico jugón y aporta mucha diversión a estas tardes de frío.
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