7 Acciones para enseñar a tus hijos a mejorar el Planeta
Cada vez escucho más, entre personas que no quieren tener hijos, el argumento de que no lo hacen porque no les parece justo traer niños al mundo con lo fea que está “la cosa”.
Así que, desde mi responsabilidad como madre que piensa que todas las opiniones son válidas, he decidido hablar de las 7 acciones que procuro aplicar en mi vida a la hora de acompañar a mis hijos con el fin de mejorar el Planeta.
Comenzaré diciendo que cuando escucho la frase “Qué planeta estamos dejando a nuestros hijos”, siempre me viene el darle la vuelta y pensar en “Qué niños estamos dejando al Planeta”.
Por eso mi argumento principal a la hora de criar y respetar el Medio Ambiente es el de procurar ser un ejemplo sólido para poder acompañar a Cloe y a Kian en el RESPETO con mayúsculas, para que así el Planeta vaya cada vez recibiendo más personas conscientes, respetuosas y coherentes con sus ideas.
7 acciones para mejorar el Planeta con tus hijos
- Reconocer nuestra responsabilidad sobre su manera de conocer el mundo.
Ser ejemplo. Explicar con vocabulario acorde a su etapa madurativa las consecuencias de nuestros actos y de los de los demás. Creo que los niños de determinadas edades ya necesitan comprender los porqués de nuestros actos. Mientras llega este momento, ser ejemplo es la mejor “explicación”.
- La verdad siempre por delante.
No mentir. Para mí es una de los objetivos principales como madre. Observo que la mentira, aunque sea piadosa, está instaurada de manera generalizada en nuestra sociedad. Y si además hablamos de niños, aún más.
Cuando me pide montarme en un cochecito, es mucho más fácil decir “No tengo dinero” que explicar el porqué de no montarse en él. Yo le diría algo así: “Yo sé que a ti te haría mucha ilusión montarte en este cochecito. Sin embargo, yo ahora no quiero invertir dinero en esto porque prefiero gastarlo en cosas más útiles.
Aquí debemos estar preparadas para la respuesta que pueda haber, listas para acompañar. Ser sinceras y sensatas es una oportunidad de mejorar como personas porque muchas veces es más fácil mentir. Sin embargo, a la larga, la satisfacción en el vínculo con nuestros hijos se verá reforzada. Y si pensamos en cómo afectará esto al Planeta, sólo me sale sonreír.
Una persona que no ha visto mentiras, probablemente no mentirá. Y una persona sincera es energía positiva para este mundo loco en el que vivimos.
- Pensar antes de comprar. Consumo consciente. Esta sería una de las acciones que más me cuestan, sobre todo en momentos de cansancio. Me pregunto dónde nos estamos equivocando cuando los niños no paran de pedir cosas, desde el supermercado hasta deseos que implican un largo viaje. Imagino que la sobreestimulación en la que vivimos y la época actual que nos ha tocado transitar, hacen que nos estemos encajando entre lo que se viene haciendo y lo que queremos hacer. La consciencia en todo lo que consumimos es algo que cada vez está más de moda, por lo tanto deduzco que a la sociedad nos empieza a preocupar unos temas que antes no eran generalizados. Desde la alimentación, el tipo de ropa que nos ponemos, el lugar de fabricación, el tiempo que dedicamos a nuestro cuerpo, a nuestra mente, la manera en la que viajamos… Son sólo algunos de los temas que nos invitan a cuestionarnos y ser la mejor versión de nosotros mismos.
- Reconocer la necesidad de tener recursos para nuestros hijos.
Aquí y ahora. Aunque la velocidad sea una de mis características principales, cada vez más me paro, respiro y hago alguna actividad de relajación en familia. Encender una vela al comenzar a comer, practicar yoga en familia, sentir el cuenco tibetano, hacer visualizaciones, mindfullness o contar cuentos que inviten a integrar estas propuestas son sólo algunas de las opciones que hacemos en familia.
- La cuestión del respeto. ¿Qué significa para mí?
Respeto por las personas. Respetarnos y respetar a los demás se convierte en otro de los objetivos principales a la hora de acompañar a los niños. Y aunque nos esforzamos en hacerlo de la mejor manera posible, cantidad de veces nos equivocamos. Seguimos trabajando por ser un buen equipo en familia y cuando no respetamos, aprendemos del error.
- La importancia de hablar de género.
Igualdad de oportunidades. Creo que es sumamente importante considerar nuestra responsabilidad para erradicar patrones de comportamiento en temas de género. Vivimos en una sociedad que se nutre del patriarcado y cuestionarse las actitudes que tenemos ante los automatismos de la sociedad es la mejor de las reflexiones. Me resulta fascinante pensar en la posibilidad de acompañar a una niña y un niño en su camino de descubrimiento de sí mismos y de su lugar en el mundo.
- Queremos que la naturaleza siga su curso.
Conocer la naturaleza y las consecuencias de nuestros actos. Tengo la suerte de estar acompañada por una persona que tiene fascinación por animales y plantas. Así que aunque yo no soy nada guía en esta materia, considero que es importante transmitir el amor y el cuidado por todos los seres vivos. Conocer cómo viven nos hace conocer la importancia que tenemos todos en el desarrollo del planeta.
Ser conscientes de la necesidad del reciclaje, de tener cuidado con la basura, y de reconocer las consecuencias de nuestros actos es otro valor fundamental de nuestra crianza consciente.
En el fondo, siento que todas estas acciones no son nada nuevo. Solo son un pequeño recordatorio de aquello que llevamos dentro, que ya sabemos y que nos fluye por los siglos de los siglos. Sin embargo, el tiempo y la evolución hacen que dudemos o incluso pensemos que lo hemos olvidado.
Creo que despertar o recordar todo esto es parte de nuestra responsabilidad como padres y madres. Cuestionarnos todo lo que nos inquieta y sobre todo plantearnos cómo podemos aportar mejoras al Planeta. Empezando por “dejar” hijos conscientes y que sean capaces de cambiar esta espiral de poca humanidad en la que estamos absortos.
Me encantará conocer aquellas acciones donde pones consciencia… ¿Te apetece contármelas? Déjame un comentario aquí debajo 🙂