Nuestro blessing way
Este embarazo he tenido la suerte de celebrar dos blessing way muy especiales. Muchos de vosotros me estáis preguntando qué es y hoy os quiero cómo fueron los míos.
Blessing way es un ritual de bienvenida que se hace al bebé y también a la mamá. Para los que dudáis de si es lo mismo que un Baby Shower, os diré que no. Los baby shower tienen más un toque de diversión, regalos para el bebé y comida; y sin embargo los blessing way navegan y bucean un poco más en el alma, en el parto, en honrar al bebé, a la mamá, y en trasmitir deseos positivos para ese parto y esa nueva experiencia. Es un ritual que suele tener un toque espiritual, según lo quiera ver cada persona.
Un blessing way es una reunión de mujeres donde se llevan a cabo distintas propuestas, según los deseos de la mamá y según las necesidades del grupo o de la o las maestras de ceremonias. El amor, el arte, la unión, el cariño, la magia y la espiritualidad suelen estar presentes en la mayoría de las ocasiones.
En mi caso, el primer blessing way lo hice de la mano de Esther, amiga y terapeuta con la que además he estado muy bien acompañada en este embarazo. Fue muy en petit comité, y cantamos mucho, meditamos, llegamos a nuestros deseos más profundos, y nos llenamos de mimos, abrazos y regalos especiales. Estuve rodeada de grandes amigas del alma, además de personas especiales que han ido cerrando y completando mi círculo: Laura, mi matrona que me acompañará en este nuevo viaje que está por llegar; Leti, que también me acompañará atendiendo a Cloe y que es mi sociayamigaenFroggies; y uno de los regalos de este año, Celia de Ahora soy mamá, que me acompaña, me nutre y además ha completado el puzzle que faltaba para tener lista esta web de Froggies.
Mi segundo blessing way fue con mi tribu 1.0. Y fue también mágico. Leti ejerció de maestra de ceremonias y estuve tan bien acompañada que me sentí muy feliz. Kian también disfrutó. Comenzó Leti con un hermoso cuento y me dejó temblando de emoción desde ese momento. Los regalos fueron preciosos, el collar de parto hermoso, los deseos lindos, las canciones, sus miradas, sus abrazos, su cariño y también las risas que nos echamos al terminar, esas que se echan de menos una vez tienes hijos. Juntarnos y contarnos de nuevo todas, sin niños, y reir, fue terapéutico para mí. Me gustó mucho estar con ellas de nuevo.
En ambas celebraciones me sentí plena, poderosa y con mucha luz para este parto que puede suceder en cualquier momento. Una fuerza de mujeres que aún me dura y que me hace darme cuenta de lo afortunada que soy, de la suerte que tenemos y de que, aunque la familia esté lejos, esta tribu es un gran soporte. Me siento agradecida por tener a cada una de estas mujeres que han celebrado conmigo estos dos blessing way.
Las que faltaron, porque las fechas no eran las mejores, también estuvieron muy presentes.
Gracias de corazón, de parte de Kian y mías 😉
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